Reseña Histórica


FUNDACIÓN DE LA MUNICIPALIDAD

“RESEÑA HISTÓRICA DE LA FUNDACIÓN DE LA ILUSTRE MUNICIPALDAD DE SAN JAVIER”


“El 5 de abril de 1850, en su informe anual, el Intendente de Maule, elogiaba sin reservas la medida presidencial... La noticia causó enorme júbilo en Loncomilla; la decisión del Presidente Bulnes, al restar su apoyo a la iniciativa de Huerta de Maule e impulsar sin reparos la idea del Municipio de Linares, le convierte, prácticamente, en el virtual fundador de San Javier, entre cuyos vecinos –como se anotó- tenía vinculaciones de amistad; sin embargo, aún quedaba un buen camino por recorrer, que sería concluido el 18 de noviembre de 1852, cuando el Presidente Manuel Montt firmó el Decreto de Fundación de San Javier. El remate de los sitios que darían origen a la población se dilató, ya que estos eran poco aptos para estos fines. Rápidamente el cabildo de Linares logró un predio a unos kilómetros más al norte de este lugar, junto con donaciones de doña Justa Narváez y de don Juan Antonio Pando. Nada parecía impedir el nacimiento de la nueva población, pero la batalla de Loncomilla en los campos de Reyes, pospusieron por casi un año la fundación. Finalmente, el 11 de diciembre de 1873, se dictó el decreto que dio vida legal a la Provincia de Linares y al Departamento de Loncomilla, que permitió además, instalar la Municipalidad de San Javier. En 20 años, las 25 manzanas de aquella aldea, habían alcanzado notoriedad como pueblo: ya podía pensar en vestir pantalón largo.

La creación del Departamento de Loncomilla significó también la fundación de la Municipalidad. Cabe indicar, sin embargo, que, en torno al año exacto de instalación de la corporación, hay fechas confusas: en la obra “La provincia de Linares”, de Julio Chacón del Campo (1929, pág. 331) se indica a 1879, lo cual es desmentido en la memoria que el primer Gobernador del Departamento, don Agustín del Solar, elevó al Ministerio del Interior en abril de 1875, dando cuenta de su gestión.

En ese documento, de gran interés para conocer la realidad de aquellos años, Del Solar expresa que, mientras se efectúan las elecciones –que correspondía realizar en 1876- él ha designado una comisión o Junta de Alcaldes, para administrar la nueva comuna.

Los tres vecinos que, en consecuencia, tuvieron el honor de ser fundadores de la Municipalidad, fueron don Manuel Antonio Errázuriz (quien fue primer Alcalde), Francisco Antonio Rodríguez y Justo García, como segundo y tercer Alcalde, respectivamente, quienes asumieron sus cargos a contar de enero de 1874. Posteriormente, el 29 de mayo de 1876, don Manuel Antonio Errázuriz renunció a su designación y se nombró primer Alcalde a don Francisco Antonio Rodríguez, hombre respetabilísimo en San Javier y cuyo recuerdo perdurará entre sus contemporáneos.”
(“San Javier y su Historia, 1852- 1991”, Jaime González Colville)
Fundación 18 de noviembre de 1852 (fundada como Villa de San Javier de Loncomilla)
Gentilicio Sanjavierino/a.

San Javier de Loncomilla. Es una comuna y ciudad de Chile, en la Provincia de Linares, perteneciente la VII Región del Maule. Se ubica a 24 km al Sur de Talca y a 31 km al Norte de Linares. Esta ciudad se caracteriza por ser una zona esencialmente vitivinícola. Los viñedos locales pertenecen a la zona vitivinícola denominada Valle del Maule, de donde provienen algunos de los mejores vinos chilenos.

El 11 de diciembre de 1873, pasó a ser cabecera del Departamento de Loncomilla, y en enero de 1874 se creo la Municipalidad de San Javier, que se encargaba de la administración local en el departamento. El primer gobernador de Loncomilla Don Agustín del Solar, nombró en enero de 1874 a Manuel Antonio Errázuriz (1er alcalde), Cultura En el aspecto cultural San Javier destaca por ser la cuna de algunos de los más insignes vates de la lírica chilena. Entre ellos destacan Raimundo Echeverría y Larrazábal (1897-1924) y Jerónimo Lagos Lisboa (1883-1958).


LUGARES DE INTERÉS TURÍSTICO



Entrevista a don Fernando Cancino Alegría, Secretario de la Ilustre Municipalidad, Presidente del Centro Artístico Cultural Jerónimo Lagos Lisboa, poeta y compositor. Escribe en el diario La Tribuna y es un permanente investigador de la historia y tradiciones de su Comuna.
El destaca las siguientes atracciones de la ciudad de San Javier de Loncomilla:
En la Avda. Chorrillos, entrada Norte de la Carretera se destacan palmeras gigantes. Allí y con motivos de la celebración de los 150 años de la ciudad; se instaló una ESPUELA GIGANTE de metal que tiene aproximadamente un metro de diámetro; obra del Técnico Universitario en Telecomunicaciones Hernán Fox Osses considerado uno de los tres espueleros en crear y armar espuelas en Chile.


EL PARQUE JERÓNIMO LAGOS LISBOA.



Ubicado en la Avda. Balmaceda, arteria del centro de la ciudad transversal a la carretera 5 sur, es una atracción turística por su gran extensión arbórea con una casa patronal al fondo que fuera propiedad del poeta sanjavierino del mismo nombre y donde hoy se celebran todos los eventos culturales significativos del acontecer comunal.

Frente a este Parque encontramos la Centenaria Iglesia de la merced donde destaca, más allá de su bella arquitectura, un espectacular oratorio de madera donde recibían sus votos las novicias mercenarias.

Frente a la Estación de Ferrocarriles encontramos el cerro Pulluquén, llamado de la Virgen que protege a la ciudad y donde cada 8 de diciembre acuden miles de peregrinos a pagar mandas.


TEMPLO DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED.

Templo de la Congregación Mercedaria, construido a principios del siglo pasado. En su interior se encuentra una imagen del Señor de Huanca, traído desde Perú, que es venerado en este templo. La existencia de la actual parroquia de La Merced, en San Javier, se debe al clamor popular de los fieles a principios del 1900. En vista del aumento de la población en el sector, las autoridades eclesiásticas se motivaron para construir un Templo en ese lugar. El que en mayo de 1972, luego de una larga historia de acompañamiento mercedario, se erige como Parroquia La Merced.

Primeras gestiones para construir el Convento:
El párroco de la ciudad Sr. Roberto Rodríguez, consiguió el apoyo del Sr. Obispo de Concepción Don Gilberto Fuenzalida Guzmán, el que propició las bases fundacionales del Convento de Nuestra Sra. De la Merced, el padre Rodríguez, a su vez, motivó el ánimo de su hermano Don Amadeo para interesarlo sobre esta obra. Este caballero hizo donación de terrenos, bastantes extensos, en la Avda. Balmaceda, en que se pudo realizar la fundación de esta casa mercedaria. En tan noble tarea se contó con el entusiasmo y el beneplácito del Padre mercedario Fray Cayetano Mora.

PUEBLO HUERTA DEL MAULE.


Esta localidad de origen colonial fue fundado en 1754, siendo su nombre original San Antonio de la Florida. Sus

orígenes se remontan hacia 1680, estando relacionado a la fundación de un convento y al descubrimiento de vetas de oro en sus alrededores. Este bello pueblo se caracteriza por sus construcciones criollas, con largos corredores, pórticos con pilares labrados, base de piedra tallada, techo de coligües, tejas, aleros y pilares de esquinas.

IGLESIA NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN.


Ubicada en Nirivilo, esta iglesia parroquial es una típica construcción del 1800. De forma rectangular, destaca su alta nave y los gruesos muros con vigas de roble a la vista.

VIÑA BALDUZZI.


A pocos metros del templo se encuentra esta viña en un tour guiado de una hora de duración, donde se explica la importancia de la tierra, el clima, cepas, etc.

También se recorrer la industria del vino, su evolución, ventajas de la tecnología y las recordadas bodegas de antaño.

COMPLEJO TURÍSTICO RIBERAS DEL MAULE.


Agradable complejo con capacidad para 400 personas, con 2 piscinas, canchas de tenis, fútbol, volleyball y juegos infantiles.

Posee zona de camping y picnic, extensas áreas verdes, camarines y baños separados por sexo. Ofrece servicio de alimentación con comida típica e internacional.

PUEBLO DE NIRIVILO.


Se caracteriza por su arquitectura colonial, cuyas casas poseen largos corredores paredes de adobe, vigas de roble techos de teja. Su creación data del siglo XVII, fue declarado Zona Típica mediante el decreto del Ministerio de Educación.

Su iglesia, monumento nacional, corona este pueblo, patrimonio arquitectónico inserto en un paisaje rural de lomajes suaves y viñas de secano que se pueden apreciar desde la plaza del pueblo.


IGLESIA DE NIRIVILO.


Nirivilo es un pequeño pueblo de origen colonial, por el que pasaba el Camino Real que fue el usado por los conquistadores para dirigirse más al Sur. Está ubicado al interior de la Carretera que une San Javier con Constitución, km. 40,2.siendo parte del Camino Real. Alrededor de 1823 llegaron a este pueblo familiares del Libertador Bernardo O´Higgins (familia Riquelme Meza). Esta familia y otras benefactoras (se menciona a la familia Letelier) quienes se asentaron e hicieron construir no sólo nobles casas de corredores y zaguanes, sino que hacia 1834-1835 levantaron al Iglesia.

La Iglesia de Nirivilo es un edificio de una nave y un techo a dos aguas, que posee una de sobria arquitectura con gruesos muros de adobe de 1,20 metro de espesor y cubierta de tejas de barro, con un corredor hacia el lado Norte. La familia Riquelme está sepultada en esta Iglesia tal como consta en los registros del Obispo de Concepción don Hipólito Salas. Esta construcción fue declarada monumento histórico en 1984, fecha desde la cual, existen diferentes informes sobre su estado de conservación, el que ha ido empeorando en el tiempo. El mobiliario y el decorado de la Iglesia han sido retirados a lugar seguro, encontrándose la Iglesia, vacía en su interior. Este edificio está en muy mal estado debido en gran medida a las aguas lluvia de escurrimiento superficial, las que al llegar al muro de adobe de la Iglesia, fueron provocando un reblandecimiento del terreno lo que produjo que éstos se asentaran y se separaran las hiladas de adobe perdiendo capacidad de carga; a su vez, el techo pierde su capacidad de arriostre y los muros sufren los efectos dinámicos de los sismos.

En marzo de 2002 los arquitectos de Departamento de Patrimonio de la DA MOP observan el colapso del muro testero poniente y parte del muro lateral norte en su unión con el primero. (2 de noviembre de 2001). Señalan además que los diversos daños han sido dados a conocer en informes anteriores de los años 1985, 1987, 1988, 1995 y 2002, lo que se ha agravado por falta de ejecución en las recomendaciones. El hecho de mayor gravedad respecto de su estructura ocurrió el día 12 de julio de 2002 cuando colapso otro de sus muros.

Actualmente la Municipalidad de San Javier, el Obispado del Maule y la Dirección regional de Arquitectura del MOP, quien contará la supervisión técnica de un experto en restauración de su Departamento de Patrimonio, trabajarán por la reparación más urgente del bien.
Fuentes: Archivo del Consejo de Monumentos Nacionales.


PERSONAJES IMPORTANTES



GERMÁN SEGURA GONZALEZ


Nació en Huerta de Maule el 8 de marzo de 1885.Siendo estudiante de medicina, se enrola en la Marina, el combate Naval de Iquique lo encuentra asignado a la Esmeralda como ayudante del médico Cornelio Guzmán. Tomado prisionero es interrogado por Miguel Grau para conocer detalles de la Covadonga, Germán Segura aporta datos falsos que hacen desistir a Grau de perseguir al barco. Permaneció en Perú como prisionero, siendo canjeado posteriormente por los tripulantes del Huáscar. Llegado a Chile se casó con doña Lucila Carter Robles, con quién tuvo catorce hijos. Radicado en Linares, con el grado de cirujano de fragata fallece el 28 de marzo de 1920, siendo sepultado dos días más tarde en el mausoleo del ejército. Sus restos son trasladados el 17 de mayo de 1976 a Valparaíso donde reposa actualmente en la cripta de los héroes de Iquique junto al capitán Arturo Prat Chacón.

JERÓNIMO LAGOS LISBOA
(San Javier de Loncomilla, Chile, 1883 - † 1958)

Fue un poeta chileno y fue presidente de la Sociedad de Escritores de Chile. La Municipalidad de Santiago lo distinguió con premios por sus obras Tiempo Ausente (1937) y La Pequeña Lumbre (1945). Falleció en 1958.

El parque comunal y uno de los colegios municipales de su ciudad natal llevan su nombre en honor a uno de los más insignes vates de la lírica chilena del siglo XX.

RAIMUNDO ECHEVERRIA Y LARRAZABAL.

Poeta nacido en San Javier el 11 de julio de 1897. Desde niño fue taciturno y triste, más tarde como adolescente llama la atención por su estampa vestida de negro, alto, garboso y pálido, es sus poesías aparece su carácter; un hastío enorme y solemne, una búsqueda incansable de ideales lejanos e irreales, un prematuro pesimismo. En 1916 se traslada a Santiago donde se sumerge en la vida bohemia, imponiendo su figura espigada y su ropaje negro, fumador empedernido y melancólico. En 1923 se interna en el hospital de San José de Maipo por una afección pulmonar, se recupera y regresa a la vida bohemia, reingresando al año siguiente donde fallece el 18 de julio de 1924.

Escribió “Las leyendas del mar”, “Nave en el mar”, “El poema de las horas” y otras publicadas en la revista Zig-Zag.

HUMBERTO MARIO OLTRA BLANCO
(Hijo adoptivo de San Javier)


“Detrás de la zarzamora y pasadito del bajo
Ya se divisa a lo lejos mi vieja casa de campo”


Humberto Mario Oltra Blanco, conocido en el ambiente artístico como Mario Oltra, nació en Talca el 27 de Noviembre de 1913. Hijo de un emigrante Español don Vicente Oltra y de doña Ernestina Blanco también descendiente de Español.

De dicho matrimonio nacieron Mario, Marina, y Julio Oltra. Don Mario perdió a su madre a la edad de 14 años, la que falleció en la cuidad de Constitución. Como su padre volvió a casarse nacieron otros dos hermanos, Enrique y Julieta.

Sus primeros estudios los realizo en el Liceo de hombres de Talca, actualmente Liceo A-8 y sus estudios superiores en la Universidad de Chile sede Santiago, de donde abandonó la carrera de Leyes en el último año, para dedicarse definitivamente a la música. Ello se debió a que durante sus estudios en esta alta casa de estudios, participaba en las fiestas como artista y animador.

Al retirarse de sus estudios de Derecho, su padre lo alejó de su lado por tan indigna decisión, por lo que Mario Oltra tuvo que dedicarse a las labores artísticas y de animador de radioemisora para salir adelante.

En esa misma época debió hacer el servicio militar correspondiéndole realizarlo en la Fuerza aérea de Chile , sección el Bosque, donde cumplió su periodo obligatorio y solicitó continuar adelante para llegar a ser piloto, proyecto que más adelante abandonó nuevamente por su inquietud artística, lo que a la postre lo llevó a configurarse como un artista profesional.

Dedicó varios años de su vida a cantar como solista, acompañado de orquesta, haciendo giras a través del territorio Nacional y Argentina En el año 1943, se casó con la Señora Inés Jiménez Azócar y tuvieron dos hijos Mario y Maria Inés.

Como se puede apreciar la gran pasión de su vida fue la música y a ella y a su familia dedicó todos sus años de existencia.

El 18 de septiembre de 1938, fundó junto a Alejandro Angeloni, el grupo “Los Provincianos” el que alcanzaría renombre Nacional e Internacional por la calidad de sus composiciones.

La primera y la que marcó el inicio del camino hacia el éxito fue la actuación realizada en radio Cooperativa para una cadena radial en conjunto con radio El Mundo de Buenos Aires, en celebración de las Fiestas Patrias. Fue en esta oportunidad en que este grupo de amigos que nacieron musicalmente en la Universidad de Chile, que los motivó a bautizar al conjunto con el nombre de los Provincianos, por cuanto Don Mario pensó que como cada uno de ellos provenía de diferentes Provincias, la mejor denominación debía ser con este nombre que amalgamara el sentimiento del grupo.

Este nombre gustó y a través del tiempo mantuvo su prestigio y calidad, desde aquel lejano 18 de Septiembre de 1938 hasta el día de hoy y aunque ya no están sus antiguos integrantes, el conjunto ha mantenido su vigencia a través de los nuevos Provincianos cuyo Director es el hijo de este gran artista Don Mario Oltra Jiménez junto a Héctor Navarro Scholer, Manuel Rojas y Luis Alejandro Hevia Cuadra.

Entre las composiciones musicales de Don Mario Oltra hay cuecas, tangos, boleros, corridos, himnos y algunos vals. Entre sus composiciones mas destacadas están “Mi casa de campo”, “El castañero”, “Recuerdos de un veterano”, “Amada”, “A la sombra del Maitén”, “Perdido Amor”, “Canción a San Javier”, Himno a la primera Cía. de Bomberos” y “Talca Mi tierra Hermosa”.

Por estos y otros trabajos los Provincianos recibieron el “Caupolicán de oro, premio que fue entregado en el Teatro Caupolicán por ser el conjunto mas representativo de la música chilena en esa época, estamos hablando del año 1942 aproximadamente Por el año 1947 el conjunto viajó a Tierra del Fuego recorriendo por primera vez en la historia un conjunto chileno esas tierras, llevando la música centrina.

Cabe señalar que ello fue realmente un acontecimiento toda vez que en ese entonces no existía la televisión ni se conocía la música a través de las radios en esos confines. Dicha gira fue auspiciada por el Departamento de Extensión Cultural del Gobierno de la época.

Una vez que dejo de cantar oficialmente en el conjunto, se dedicó a recitales en forma gratuita a fin de colaborar con diversas instituciones de San Javier incluso dio un recital para dar el inicio a la Biblioteca Municipal cobrando como entrada un libro.

También fue Presidente del Departamento de Cultura de la Ilustre Municipalidad de San Javier, Monitor de Folklore, y socio benefactor de la Primera Compañía de Bomberos, entre otras cosas.

Sus características de hombre pacífico , sencillo, amable, cordial, generoso, y por sobre todas la cosas amante de la música de su tierra son las cosas que nos motivan hoy este recuerdo en su memoria y en reconocimiento a un hombre que fue declarado hijo Ilustre de la Comuna de San Javier de Loncomilla Ciudad que tomo como adopción.

LEYENDAS



EL ZAPATERO.

Un zapatero muy conocido en San Javier que también se distinguía como deportista viajó un día a Talca en búsqueda de materiales para su taller, con tan mala suerte que fue atropellado por un automovilista y murió instantáneamente.

Su hijo mayor con quién tenía muy buenas relaciones siguió atendiéndole taller. A los 15 días apareció un señor muy bien parecido vestido de negro a buscar un par de zapatos. Ambos registraron la ruma en arreglo que estaba en una gran caja y la hilera de los que ya estaban listos, pero no los encontraron. El cliente se fue molesto y regresó al día siguiente con la misma solicitud. Así ocurrió durante una semana. El hijo apremiado decidió ir al cementerio. Allí en la tumba le dijo a su padre: “oye, viejo déjate de tontear, dime dónde dejaste los zapatos de ese caballero tan extraño e insistente” Con la respuesta del silencio volvió triste a su casa , allí lo esperaba este hombre de negro. Abrió el taller y a la vista de ambos estaban los zapatos con una etiqueta que tenía el nombre y el valor del arreglo.

EL VELORIO.

En el Fundo El Naranjal, ubicado en las Lomas de Las Tortillas, por la Ruta De Los Conquistadores, camino a Constitución; los campesinos luego sus tareas habituales acostumbraban a poner “huachis” o trampas para los conejos. Así lo hizo un día al atardecer el chofer del fundo acompañado de algunos peones, luego se fueron a tomar unos traguitos y se pusieron de acuerdo de levantarse antes que rayara el sol para ver los huachis de modo que ningún intruso les levantara la presa.

Camino al lugar donde se habían puesto los “huachis” divisaron, de lejos, la enorme cantidad de conejos que estaban cazados; los hombres reían de alegría pensando en la buena venta o en el rico asado, pero cuando se acercaron una densa nube negra los atrapó, como un muro de piedra, que no podían atravesar. Así estuvieron largo rato. Cuando volvió la luz no había trampas ni conejos.

LA RIFA (SUCEDIDO).

Por Fernando E. Cancino Alegría.

Corría el año 1937, y en el sector de Carrizal, comuna de San Javier, sucedía este hecho: Habían finalizado las vendimias y los trabajadores que vivían de esta actividad, habían logrado juntar el dinero necesario que les permitiría “pasar” el duro invierno. Los jóvenes de la época, tenían lo necesario para comprarse la pinta, los buenos zapatos y aportar al sustento familiar, el otro resto lo dejaban para divertirse.

La vida pasaba en forma apacible. La temporada del chancho ya se iniciaba. Participar en una “muerte de chancho “era todo un acontecimiento en el campo. Compartían parientes, vecinos y relaciones. Los lugares donde se vendía vino en forma clandestina, estaban en la época justa para comercializar los productos que se obtenían del “porcino “, ya faenado. Para llamar la atención de los seguros clientes, era menester publicitar la famosa “Rifa de la Cabeza de Chancho”. Algo parecido a un bingo actual, pero este era un sorteo tipo lotería o rifa donde el premio mayor era la Cabeza del Chancho, magistralmente adobada en ají con ajo y un jarro de dos litros de vino tinto. Las tortillas de rescoldo, el pan amasado, las sopaipillas, eran otro “apetecido” complemento.

En la ambientación de esta actividad, daremos cuenta de una historia amorosa que ocurrió en Carrizal, donde se funde la tradición y la acción de personajes que fueron sus actores directos.
¡Oye Mario…. Fíjate que en la casa de la Sarita, el próximo sábado hay Rifa! El Mario, se demoró un rato en contestar. ¡Oíste!… ¿Qué dijiste Rosendo? ¡Que el sábado hay rifa donde Doña Luchita! Habrá que asistir… allí la fiesta que se “arma es reguena”…”Allí nos juntaremos”…musitó el Mario.

La casa de Doña Lucha se había institucionalizado como clandestino en el sector de Carrizal. Era tradicional este tipo de sorteos. La idea de Doña Luchita era, convocar a toda su vecindad y clientela, convirtiéndose la rifa en un ardid para comercializar uno o más cerdos y vender vino a destajo. Esta actividad duraba dos días, a lo menos. Era el “enganche” que tenía Doña Luchita para hacer el negocio. Las salchichas y prietas “humeantes”, longanizas, arrollados, aromados costillares, todo a disposición del cliente, como decía la Sarita, la agraciada hija de Doña Lucha. Era el lugar preciso para el juego de naipes, de dados, donde las apuestas eran de subido tono.
En lo formal, la rifa consistía en vender números a los presentes para participar del “Apetitoso premio” Esto se suponía que era “pa'callao”, pues había que evitar la menor sospecha, ya que en cualquier momento se podía dejar caer la “Comisión” (Carabineros de Civil). Vendida la cantidad de números, igual cantidad de papelitos o cartones marcados con el número respectivo eran depositados en una caja de zapatos, que estaba preparada. Por lo general, el número premiado de la rifa era el “tercero”. Los anteriores “iban al agua” y dejaba con los “crespos hechos“ al resto de los participantes.

Doña Luisa vivía en Carrizal, pasado las 4 Esquinas. Era una de las mejores cantoras de la zona y tenía una hija, la Sarita, la que desde chiquita acompañó a su madre en esto del canto y de tocar la guitarra traspuesta. Ella animaba todas las fiestas en la localidad, era buscada para cantar en los cumpleaños, para las “carmenes”, las trillas y las vendimias. La Sarita era alta, “buenamoza”, de tez mate, ojos negros de largas pestañas, bonitas facciones, “picaronaza” y muy “agraciá”. Desde niña aprendió a tocar la guitarra traspuesta y cantaba muy lindo. Lamentablemente, Doña Lucha, cometió el error de “casarla” muy joven. La Sarita era pretendida y quizás era el éxito que tenía el negocio de su madre, que le daba para mantener de la mejor forma a su familia. Un día se presentó en el sector un tal Pedro Jiménez, un personaje que provenía de una familia de esos lados de Sauzal y que se suponía contaba con recursos, toda vez que, sus padres eran dueños de un importante predio agrícola. Se convirtió en asiduo cliente y era generoso en las “pedidas”. Así se congració con la propietaria, se ganó su confianza y deslizó su interés por la Sarita. Doña Lucha, finalmente, concedió la mano de su hija, deslumbrada por la supuesta riqueza de este personaje.

La vida de la Sarita, cambió del cielo a la tierra. De pronto pasó a convertirse en la esposa del Pedro. La diferencia en edad era grande. La Sarita apenas había cumplido los 17 años y el Pedro tenía 37. El Pedro al poco tiempo de estar casado, mostró lo que realmente era… un oportunista y flojo, que pasó a vivir de lo que producía el negocio de doña Luchita. Su afición al vino se hizo patente. La Sarita empezó a sufrir y su relación con su esposo se desvaneció “ligerito”. No tuvieron descendencia. El trago mató al Pedro.

Una tarde cuando terminaba los afanes de una trilla, un domingo de noviembre del año 2002, escuché a Don Mario, “pisando” los 70 años de edad, conversar de su vida y hacía recuerdos de su juventud, teniendo como interlocutor a su compadre José.

¡Fíjese compadre, que el único gran amor de mi vida fue “la Sarita”, la hija de la “Finá Lucha” Cuando estuvimos en la Escuela vieja de Carrizal. Nos íbamos y nos veníamos juntos. Era cosa de todos los días. Allí nació una hermosa amistad, la que extendimos por largo tiempo, incluso cuando la “Sarita” fue obligada por su madre a casarse con ese tal Pedro. A veces, nos encontrábamos en San Javier y nunca nos faltó el momento para estar juntos. Si nuestro destino era casarnos, pero Doña Lucha, “metió la cola”… ¡trabajando, podría haberle entregado el bienestar que la Sarita necesitaba y sacarla de ese ambiente. Allí apareció el Pedro. Cuando se le obligó a casarse, ella llegó desesperada y llorando me contó la decisión de su madre. Para que se lo voy a negar, yo solo en la viña, me pegué unos cuantos lagrimones…Me costó mucho sobreponerme del dolor que me causó este hecho. Pero, “que diablo, hay que apechugar “, las cosas se dieron así.

-En honor a la verdad- continuaba el relato de Don Mario: “Cuando el Rosamel me dijo que había una rifa en la casa de la “Finá Lucha”, había un algo en mí, y no era otra cosa que, el interés de estar cerca de mi amada. Estaba consciente que no podía dejar perder aquella relación que con tanto sacrificio había construido. ¿No creé Ud. lo mismo compadre José?.

-Es lo que haría cualquier cristiano pos, compadre Mario!- fue la escueta respuesta que recibió de su interlocutor.

-Me preparé para asistir a la rifa. Me “chatrié”, bien bañado, bien perfumado, bien afeitado. Me puse mi terno azul marino impecable, mi camisa blanca bien almidonada en el cuelo y puños, mis zapatones “Guante” relucientes; mi sombrero de paño negro “nuevecito”; y en mi billetera de cuero de cocodrilo, le “plantifiqué unos dos mil pesos”, de los de ante. Esos que rendían. Debía demostrarle a la Sarita que andaba bien y que podía hacer una buena “pedía”. El “finao” de mi padre, me prestó el “Negrito” que era un caballito menudito, pero que tenía “guenaza rienda”, ya que lo había probado en las varas… Y me las “emplumé” pa´ la rifa. Era el sábado 22 de Junio, lo recuerdo perfectamente. A eso de las nueve de la noche, un tanto oscuro llegué a la casa de la Sarita. Entré por lado norte y en el peral amarré mi bestia. Todo estaba en penumbra… a lo lejos se veía una luz que provenía de una “chonchona” a parafina que estaba ubicada en el corredor de la casa. Al ingresar a la pieza donde estaba ubicado el “negocio” había unas cuantas lámparas de carburo que iluminaban el lugar. Una treintena de personas se encontraban en el allí, todos conocidos. Al notar mi presencia, me pasaron un “potrillo con chuflay” (aguardiente con bilz). ¡Póngale amigo Mario pa´ que se ponga valiente!… me dijo mi compadre Laureano. Lo recibí y me “pegué un buen trago”. Estaba bastante “cargao al fuerte el puta madre”, si me calentó las tripas. Al poco rato apareció la Sarita, radiante, se me acercó gentilmente y me saludó dándome su suave mano. Me ofreció algo de beber y me manifestó… ¡que bueno que me haya venido a visitar “Marito” Hacía tiempo que no le veía! Yo le contesté, el trabajo hace que uno se pierda. No he tenido tiempo ni para las carreras, ni para los partidos de fútbol. Pero, aquí estoy “vivito y coleando” y con “ganas de pasarlo bien. ¡Ojalá que le achunte” al premiado! La Sarita sonrió coquetamente, dio media vuelta y siguió atendiendo a las demás personas.

En el comedor de la casa, donde se había fijado el centro de operaciones no cabía ni un alfiler y todo estaba listo para “tirar la rifa”. Se empezaron a vender los números. A la vez, se anotaban en un cuaderno sus propietarios. Se les entregaba un cuadradito de cartón, que llevaba impreso el número. Los 50 números estuvieron vendidos en un “santiamén”. A manera de exhibición en una zaranda…el premio….la Cabeza de Chancho, hábilmente adornada con hojas de lechuga y bien coloreada con ají machacado con ajo. Recién sacada del fondo, el aroma inundaba la habitación sobrecargada de otros olores a cigarros, alcohol. De verdad, ese panorama estimulaba el apetito a cualquiera.

Las bromas, el murmullo de la gente fue cortado de brusco por la Sarita, quién dio inicio al sorteo. Ella anunció que los dos primeros números irían al “agua” y que el tercero sería el “premiado”. Los cuadraditos de cartón con los números pintados fueron colocados en el interior de una chupalla de paja. Los revolvieron y el “Juanito sacó el primer cartoncito”. La Sarita con mucha gracia dijo, el Número…7. ¡Al agua! gritaron todos. Chita expresó mí Tío Ramón que tenía el número. El segundo número es el…15. El mío dijo el Roque. Los demás gritaron ¡Al Agua, no más¡ Ya pos m’ ijita saque el mío, refunfuñaba el “Tica”, un tanto pasado en las copas. Ahora va el premiado…atención….atención…como una forma de darle mayor dramatismo al sorteo. Finalmente expresó, el premiado es el Número 21. ¡Reflauta exclamé, yo tenía el 22! Total para otra vez será. El N° 21 le correspondió a mi padrino Eleazar Meza, quién empezaba a recibir las felicitaciones del caso y a la vez invitaba a compartir el premio con los más cercanos.
La Sarita corría de un lado a otro. Pero, siempre cuando pasaba cerca de mí, me regalaba una sonrisa o bien me decía una palabra cariñosa. ¡Oiga Mario usted está muy bien y lo “guenmozo” que se encuentra! ¡Y usted también! le pude replicar. En otra pasada me dijo ¡y la “tremenda pinta” que anda trayendo!… ¡Tenía que ser así, más si sabía que me encontraría con usted!, le contesté.

Albos manteles cubrían una decena de mesas. El negocio empezaba a funcionar y faltaban manos para atender. Los perniles, las prietas, los arrollados empezaron su desfile. El vino tinto, más negro que la noche, aparecía en jarros de vidrio de dos litros. El tono de la conversación a medida que los “parroquianos” iban consumiendo, subía de tono. Luego los más eufóricos pidieron a la “Finaíta Luisa” que se pegara algunos trinos. De pronto Doña Luisa aparece con la guitarra en ristre…para que se iba hacer la “rogada” si el negocio iba viento en popa…y había que agradar a la “compaña”. No contentos con eso, los “contertulios” pidieron la presencia de la Sarita. Formaron un dúo y cantaron unas cuantas tonadas y valses. Entre canción y canción aparecían ingeniosos dichos y brindis que aportaban los alegres participantes. Don Rufino, toma lugar sentado en un piso y empieza “a tañar” la guitarra y aparecen los sones de animadas cuecas. Se habilitó la pista corriendo las mesas para la orilla, dejando espacio para los bailarines. Doña “Marina”, la “Alguita” que habían comprometido su trabajo en esta rifa, debieron suspender su actividad y fueron sacadas a bailar. Los celebrados “aro…aro…aro” permitían a don “Jecho” que sirviera sendos vasos de ponche a las damas, y vino a los varones.

La fiesta estaba “reguena”, señalaba Don Mario, las horas pasaron rápidamente y en muchos de los presentes, la ingesta alcohólica, ya había pasado la cuenta a varios de los participantes, quienes dormitaban en un rincón de la pieza. Lo que si tengo que decir, que jamás la perdí de vista y ella…tampoco de la mía. A cada rato, nos mirábamos, nos dijimos cosas y mi afán era encontrarme a solas con ella. El Pedro, ya había “completado carga” con el alto consumo de alcohol, se curó y como estaba generando algunos problemas, un par de amigos debieron llevarlo a la cama, este ya, se encontraba durmiendo.

Se formaron grupos, la cosa iba pa´ largo. Aparecieron los naipes, la brisca, el “monte”. Por otro lado los dados. Las apuestas se sucedían una tras otra. Doña Lucha seguía atendiendo a la gente y conversando con ellos. Ya el ajetreo era más lento. Esto me permitió hacerle un “guiño” y con la idea de ir al baño busqué la forma de salir de la habitación. Ella entendió mi gesto. Me dirigí al cuarto de más adentro donde se guardaban fardos, carbón, leña, legumbres y herramientas de labranza. La oscuridad de la noche se hizo cómplice de ese encuentro que soñé y deseaba por largo tiempo. Nunca me resistí a perder ese gran amor. Era la oportunidad y la aproveché. Le confieso compadre José, la Sarita fue mi mujer por mucho tiempo Factores externos, otra vez, conspiraron en mi contra…una amenaza del Jefe de Retén del sector, expresada a través de su madre, dueña del clandestino, me hizo desistir de mis afanes. Mire compadre José, y espero que me entienda. Esa noche, si en la rifa me fue mal…en el amor, la cosa fue distinta, ¡no le parece! recalcaba Don Mario.

Escuché pacientemente esta historia y aprecié en este hombre maduro, de largos esfuerzos, pero ordenado en sus cosas. Si perdió ese amor, tuvo la fortaleza necesaria para ordenar su corazón. Este joven campesino, formó un hogar, tuvo una larga descendencia, y nunca le faltó el recurso para criar y educar a su “prole” y poder compartir con sus amigos y vecinos. Es un ejemplo que he tomado como experiencia de vida.


FIESTAS RELIGIOSAS


FIESTA DE SAN FRANCISCO EN HUERTA DE MAULE
(04 DE Octubre)

Huerta de Maule, ubicada en la Carretera Los Conquistadores hacia la ciudad de Cauquenes, fue en el pasado y, antes que se fundara San Javier, un territorio organizado con Alcaldes y regidores.

En esta localidad se celebra cada 04 de octubre la fiesta de San Francisco, patrono de los campesinos, que en esta fecha ponen cruces en los trigales para obtener buenas cosechas y millares de fieles de toda la Región y de otros puntos del país acuden a la ceremonia religiosa que oficia el Obispo de la diócesis. La fiesta se realiza desde 1680. Durante la mañana suceden varias misas donde los peregrinos agradecen al Santo los favores concedidos, especialmente las peticiones de campesinos por el resultado de sus cosechas o por las pariciones de ovinos y bovinos.

Por la tarde la fiesta se traslada a la plaza, mas de 500 huasos en sus cabalgaduras giran alrededor a galope tendido al tintineo de las espuelas. Llevan luego al Santo en procesión y lo despiden con tres pie de cuecas y un brindis con chicha en cacho. La festividad continua con rodeo en la medialuna y afuera con algunas pruebas ecuestres como la tiradora de la rienda, la parada de pata, el ocho y también los tradicionales juegos populares. Pero lo más significativo y singular de esta fiesta es el Encuentro Familiar. Dicen que toda persona que nació en Huerta de Maule o tiene algún lazo parental y se encuentra en otras ciudades del país, en esta fecha llega a su tierra a celebrar en familia y esa sana costumbre ha fortalecido vínculos entre cada generación del árbol genealógico.

EL SANTO DEL NICHE.


A 45 Kms de San Javier y a 12 al Sur desde Nirivilo se ubica el sector de Codellima. Allí hace algunos años una familia encontró un Santo de madera que luego empezaron a venerar. La noticia se extendió desde la familia hacia toda la comarca y poblados vecinos y comenzaron las mandas y las ventas. Entonces la familia decidió poner la figura en un pequeño altar empotrado en una pared como un nicho, de ahí su nombre que la gente alteró en la última vocal. La devoción continuó, se hizo extensiva, entonces la familia estableció un ritual:
El Santo se tapa y se vela desde la noche del Viernes Santo hasta el Sábado Santo al mediodía en que supuestamente resucita. En ese lapso la familia dueña del Santo recibe el contenido de las mandas, que siempre es un tributo no solo de sacrificios y velas.